Día 24-12-11 Publicada Facebook
Velando tu sueño, amor mío, se encadenan
el rumor casi apagado del aire y tu aliento
mientras mis pensamientos poco a poco se pulen,
ordenan y esparcen a los cuatro vientos:
“tú, yo y el firmamento”
Sin vencer mis pánicos siento vértigo al verte
con sabor amargo y el paladar seco,
porque quizás mi camino se deshaga al andar y nada quede,
o podría alcanzar una mañana gloriosa
que llenase mi pecho de gozo permanente.
Ojalá hubiese nacido mi amor antes para conquistarte
y sin mirar atrás abrir la puerta a otro Sol,
que con sus rayos y calor
inundasen el reino de luz y esperanza.
¡Quién pudiera ser la rueca que hila, el huso que devana,
el hilo que el telar teje, la tela con que recubrir
tu cuerpo del que quiero hacer
para mi cuerpo... su morada!
De mi libro: “Scherezade y sus mil y una fantasías”
I.S.B.N. – 13-978-84-611-0139-9
Velando tu sueño, amor mío, se encadenan
el rumor casi apagado del aire y tu aliento
mientras mis pensamientos poco a poco se pulen,
ordenan y esparcen a los cuatro vientos:
“tú, yo y el firmamento”
Sin vencer mis pánicos siento vértigo al verte
con sabor amargo y el paladar seco,
porque quizás mi camino se deshaga al andar y nada quede,
o podría alcanzar una mañana gloriosa
que llenase mi pecho de gozo permanente.
Ojalá hubiese nacido mi amor antes para conquistarte
y sin mirar atrás abrir la puerta a otro Sol,
que con sus rayos y calor
inundasen el reino de luz y esperanza.
¡Quién pudiera ser la rueca que hila, el huso que devana,
el hilo que el telar teje, la tela con que recubrir
tu cuerpo del que quiero hacer
para mi cuerpo... su morada!
De mi libro: “Scherezade y sus mil y una fantasías”
I.S.B.N. – 13-978-84-611-0139-9
